José María Morelos.- El 19 de noviembre se conmemora en México y el mundo el Día Nacional contra el Abuso Sexual Infantil (coincidiendo con el Día Mundial para la Prevención del Abuso Sexual Infantil), una fecha crucial que subraya la urgencia de proteger a la niñez y adolescencia. La presidenta honoraria del DIF, Marina Balam y el presidente municipal Erik Borges Yam, refrendan su compromiso ineludible con la protección de los derechos de la infancia.
El gobierno en sus distintos niveles se suma a esta jornada de reflexión y acción, reconociendo el abuso sexual infantil como una de las agresiones más lacerantes y silenciosas. Las instituciones trabajan para erradicar este flagelo a través de leyes y mecanismos como el Sistema Nacional de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA), que priorizan el derecho de la niñez a vivir una vida libre de violencia.
Actualmente se impulsan campañas de concientización para romper el silencio y el estigma que rodean el abuso. Estas iniciativas buscan educar a la comunidad y a los propios niños, niñas y adolescentes sobre el cuidado de su cuerpo y cómo identificar comportamientos inapropiados, reforzando los mecanismos de detección, denuncia y justicia. Se insta a la población a utilizar líneas de denuncia anónima como el 911 para reportar cualquier indicio de maltrato o abuso.
En este gobierno humanista la protección de la infancia es un principio irrenunciable de justicia y equidad, la administración está comprometida con el pueblo para asegurar que los más vulnerables, que son los niños y niñas, crezcan en un entorno seguro, lejos de cualquier forma de explotación o violencia sexual, promoviendo su desarrollo integral y dignidad.
Gracias a la coordinación con el Sistema DIF Quintana Roo, de la mano con los niveles de gobierno de la transformación, se reafirma el compromiso de impulsar acciones, programas y acompañamiento psicológico, jurídico y social que garanticen entornos seguros y libres de violencia para todas y todos. Cabe señalar que este día 19 de noviembre es un llamado a transformar la indiferencia en compromiso y a asegurar que el derecho a vivir sin violencia sea una realidad para cada niño, niña y adolescente.
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